Está
al servicio de quien le saca provecho: la industria
farmacéutica. De manera oficial—puramente ilusoria—el
sistema está al servicio del paciente pero, oficiosamente, en la
realidad, el sistema está a las órdenes de la industria que es la
que mueve los hilos y mantiene el sistema de enfermedad en su
propio beneficio. Se trata, en suma, de una auténtica mafia
médica, de un sistema que crea enfermedades y mata por dinero y
por poder.
¿Influye el sistema sociopolítico de
medicina en el autocuidado de diabetes mellitus, sea
consciente o inconscientemente?
--Y
¿qué papel juega el médico en esa mafia?
El
médico es—muchas veces de forma inconsciente, es verdad—la correa
de transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 11 años
que pasa en la Facultad de Medicina el sistema se encarga de
inculcarles (a los médicos, enfermeros
y Educadores en Diabetes), unos determinados conocimientos y
de cerrarles los ojos a otras posibilidades. (Por
ejemplo, actualmente hay dos caminos para lograr "controlar" o
intentar minimizar la glucemia elevada peligrosa: alto consumo
de carbohidratos [CHO] acompañados de grandes
dosis de análogos caros de insulina, o limitado consumo de CHO
requeriendo pequeñas dosis seguras de esas insulinas. Pero
a los pacientes, en contadas excepciones los profesionales les
informan de la más lógica, por más segura, de las dos opciones,
aun en los momentos de recién diagnóstico.)
Posteriormente,
en los hospitales y congresos médicos, se les refuerza en la
idea de que la función del médico es curar y salvar vidas, de
que la enfermedad y la muerte son fracasos que debe evitar a
toda costa y de que la enseñanza recibida es la única válida (y
necesaria).
Además se
les enseña que el médico no debe implicarse emocionalmente y que
es prácticamente un 'dios' de la salud. De ahí que incluso
exista caza de brujas entre los propios profesionales de la
medicina. La medicina oficial, la 'científica,' no puede
permitir que existan otras formas de curar que no sean serviles
al sistema.
--El
sistema, en efecto, pretende hacer creer que la única
medicina válida es la llamada 'medicina científica,' la que
usted aprendió y de la que ha renegado.
La
medicina científica está enormemente limitada porque se basa en
la física materialista de Newton: tal efecto obedece a tal
causa. Y, por ende, tal síntoma precede a tal enfermedad y
requiere tal tratamiento.
Se trata
de una medicina que además sólo reconoce lo que se ve, se toca o
se mide y niega toda conexión entre las emociones, el
pensamiento, la conciencia y el estado de salud del
físico. Y cuando se la importuna con algún problema de ese
tipo le cuelga la etiqueta de 'enfermedad psicosomática' al
paciente y le envía a casa tras recetarle pastillas para los
nervios.
--Es
decir, que a su juicio, la medicina convencional sólo se ocupa de hacer
desaparecer los síntomas.
Salvo
en lo que se refiere a cirugía, el
reemplazo de hormonas como la insulina, los antibióticos, y
algunas pocas cosas más, como los modernos medios de diagnóstico,
sí.
La medicina convencional sólo se ocupa de hacer desaparecer los
síntomas (lo que en la diabetes
mellitus, es risiblemente fácil, porque después del diagnóstico,
aunque el tratamiento inicial es ineficaz o muy deficiente para
normalizar la glucemia, no hay síntomas preocupantes, aun con
niveles anormales de hiperglucemia crónica). El
"tratamiento" da la impresión de "controlar" o curar pero ni
controla ni cura. Simplemente elimina la manifestación
inmediata del problema en el cuerpo físico, pero el problema,
tarde o temprano, resurge.
--A
su juicio, pues, dan mejor resultado las llamadas medicinas
"suaves" o "no agresivas."
Son
una mejor opción porque tratan al paciente de forma holística y le
ayudan a sanar...pero tampoco curan. Mire, cualquiera de las
llamadas medicinas alternativas constituye una buena ayuda pero
son sólo eso: complementos. Porque el verdadero médico
es uno mismo. (Se ha
dicho y escrito muchas veces que es preciso que la persona que
vive con DM vaya aprendiendo a ser su propio médico, capaz de
autocuidarse bien y correctamente para
evitar peligros iatrogénicos que los profesionales, por no
vivir con DM, pueden ocasionar.)
Y
cuando uno es consciente de su soberanía sobre la salud, deja de
necesitar terapeutas.
(Una función esencial del Educador en Diabetes es enseñar para
educar a la persona que tiene DM a automanejar sus niveles de
glucosa a la meta que él/ella elija. Así no tendrá que
depender de otras personas para determinar las dosis, la
frecuencia de dosis, los alimentos ideales, etc.)
El enfermo es el único que puede curarse. Nadie puede
hacerlo en su lugar.
La
autosanación es la única medicina que cura. La cuestión es
que el sistema médico trabaja para que olvidemos nuestra
condición de seres soberanos y nos convirtamos en seres sumisos
y dependientes. En nuestras manos está, pues,
romper esa esclavitud. (El Dr.
Richard K. Bernstein, que tiene DM1 desde el 1946, es buen
ejemplo: él decidió ingeniar la normoglucemia, la cual ninguno
de sus médicos endocrinólogos recomendaban ni consideraban
posible, y eso lo logró hace 50 años. Sigue trabajando en
el consultorio diario a los 86 años de edad.)
--Y,
en su opinión ¿por qué las autoridades políticas, médicas,
mediáticas y económicas lo permiten? ¿Por qué los
gobiernos no acaban con este sistema de enfermedad,
costosísimo por otra parte?
A
ese respecto tengo tres hipótesis. La primera es que
quizás no saben que todo esto está pasando...pero eso es difícil
de aceptar, porque la información está a su alcance desde hace
muchos años y en los últimos 20 años son ya varias las
publicaciones que han denunciado la corrupción del sistema y la
conspiración existente. La segunda hipótesis es que
no pueden acabar con ello...pero también resulta difícil de creer
porque los gobiernos tienen el suficiente poder.
--Y
la tercera, supongo, es que no
quieren acabar con el sistema.
Pues
lo cierto es que, eliminadas las otras dos hipótesis, ésa parece
la más plausible. Y si un Gobierno se niega a acabar con un
sistema que arruina y mata a sus ciudadanos (quienes
de una forma parcialmente inconsciente, pudieran participar como
cómplices en el arreglo) es porque forma parte de él, porque
forma parte de la mafia.
La mafia médica
--¿Quiénes integran, a
su juicio, la 'mafia médica'?
A
diferentes escalas y con distintas implicaciones, por supuesto, la
industria farmacéutica, las autoridades políticas, los grandes
laboratorios, los hospitales, las compañías aseguradoras, las
agencias del medicamento, los colegios de médicos, los propios
médicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS)—el Ministerio
de Sanidad de la ONU—y, por supuesto, el gobierno mundial en la
sombra del dinero.
--Tenemos
entendido que para usted la Organización Mundial de la Salud
es 'la mafia de las mafias.'
Así
es. Esa organización está completamente controlada por el
dinero. (En 2011, la Federación
Internacional de la Diabetes [IDF] recibió el 97% de su
presupuesto para realizar su congreso internacional bienal de
los laboratorios farmacéuticos.) La OMS es la
organización que establece, en nombre de la salud, la 'política de
enfermedad' en todos los países. Todo el mundo tiene que
obedecer ciegamente las directrices de la OMS. No hay
escapatoria. De hecho, desde 1977, con la Declaración de
Alma Ata, nadie puede escapar de su control.
--¿En
qué consiste esa declaración?
Se
trata de una declaración que da a la OMS los medios para
establecer los criterios y normas internacionales de práctica
médica. Se desposeyó así a los países de su soberanía en
materia de salud para transferirla a un gobierno mundial no
elegido cuyo 'ministerio de salud' es la OMS. Desde
entonces, 'derecho a la salud' significa 'derecho a la
medicina.' Así es como se han impuesto las vacunas y los
medicamentos a toda la población del globo.
--Una
labor que no se cuestiona.
Claro,
porque ¿quién va a osar dudar de las buenas intenciones de la
Organización Mundial de la Salud? Sin embargo, hay que
preguntarse quién controla a su vez esa organización a través de
la ONU: eso es el poder económico.
--¿Cree
que ni siquiera las organizaciones humanitarias escapan a
ese control?
Por
supuesto que no. Las organizaciones humanitarias también
dependen de la ONU, es decir, del dinero de las
subvenciones. Y, por tanto, sus actividades están igualmente
controladas. Organizaciones como Médicos
Sin Fronteras creen que sirven altruistamente a la gente
pero en realidad sirven al dinero.
--Una
mafia sumamente poderosa.
Omnipotente,
diría yo. Ha eliminado toda competencia. Hoy día a los
investigadores se les 'orienta.' Los disidentes son
encarcelados, maniatados y reducidos al silencio. A los
terapeutas 'alternativos' se les tilda de locos, se les retira la
licencia o se les encarcela también. Los productos
alternativos rentables han caído igualmente en manos de las
multinacionales gracias a las normativas de la OMS y a las
patentes de la Organización Mundial del Comercio.
Las autoridades y sus medios de comunicación social se ocupan de
alimentar entre la población el miedo a la enfermedad, a la vejez
y a la muerte. De hecho, la obsesión por vivir más o,
simplemente, por sobrevivir, ha hecho prosperar incluso el tráfico
internacional de órganos, sangre y embriones humanos. Y en
muchas clínicas de fertilización en realidad se 'fabrican'
multitud de embriones que luego se almacenan para ser utilizados
en cosmética, en tratamientos rejuvenecedores, etc.
Eso sin contar con que se irradian los alimentos, se modifican los
genes, el agua está contaminada, el aire envenenado. Es más,
los niños reciben absurdamente hasta 35 vacunas antes de ir a la
escuela. Y así, cada miembro de la familia tiene ya su
pastillita: el padre, la Viagra; la madre, el Prozac; el niño, el
Ritalin. Y todo esto ¿para qué? Porque el resultado es
conocido: los costes sanitarios suben y suben pero la gente sigue
enfermando y muriendo igual.
.
. . .
La mafia médica: una necesidad
evolutiva
--Sin
embargo, a pesar de todo, usted mantiene que la mafia médica
es una necesidad evolutiva de la humanidad. ¿Qué
quiere decir con esa afirmación?
Verá.
Piense en un pez cómodamente instalado en su pecera.
Mientras tiene agua y comida todo está bien. Pero si le
empieza a faltar el alimento y el nivel del agua desciende
peligrosamente, el pez decidirá saltar fuera de la pecera
buscando una forma de salvarse. Bueno, pues yo entiendo
que la mafia médica nos puede empujar a dar ese salto
individualmente. Eso sí, habrá mucha gente que preferirá
morir a saltar. (El ejemplo es
relevante para los que tienen DM y que prefieren inyectar
grandes cantidades de insulina a disminuir su consumo de
carbohidratos para requerir sólo una fracción de las dosis de
insulina acostumbradas. Eso, sin mencionar que el costo
de las insulinas es alto en México y en todo el mundo, es
evidencia de lo irracional e ilógico que puede ser el
tratamiento de la DM en un sistema sociopolítico de enfermedad
más bien que de salud.)
Por tener diabetes tipo 1 ó tipo 2
¿nos rendimos? ¿Aceptamos una vida innecesariamente
acortada?
--Pero para dar ese salto
es preciso un nivel de conciencia determinado.
Sí.
Y yo creo que se está elevando mucho y muy rápidamente. La
información que antes se ocultaba (por
ejemplo, el número de gramos de carbohidratos en los alimentos
recomendados a las personas [niños, adolescentes y adultos] que
tienen DM ya está en las etiquetas nutricionales de los
productos; los efectos glucémicos de 1 solo gramo de
carbohidrato ya son conocidos con precisión; los niveles
glucémicos "normales," es decir, no diabéticos está publicados
en internet; más personas que viven con DM están concientes de
la facilidad de reducir sus valores glucémicos al limitar el
consumo de carbohidrato en su alimentación) ahora es
pública: que la medicina mata personas, que los medicamentos
pueden envenenarnos, etc.
Además,
el médico alemán Ryke Geerd Hamer ha demostrado que todas las
enfermedades son psicosomáticas (Ojo:
Nunca se ha comprobado que las causas físiológicas de la
diabetes mellitus sean psicosomáticas.) y las medicinas (La insulina es hormona; técnicamente
las hormonas no son medicamentos.) no agresivas ganan
popularidad.
La
mafia médica se desplomará como un castillo de naipes cuando un 5%
de la población pierda su confianza en ella. Basta que ese
porcentaje de la población mundial sea consciente de su propia
divinidad. Entonces decidirá escapar de la esclavitud a la
que le tiene sometida la mafia y el sistema actual se
derrumbará. Tan sencillo como eso.
--Y
¿en qué punto cree que estamos?
Pues
no sabría cuantificarlo, pero pienso que probablemente en menos de
5 años todo el mundo se dará cuenta ya de que cuando va al
médico va a un especialista de la enfermedad y no a un
especialista de la salud. (El
Educador en Diabetes, a su elección, puede ser especialista de
la enfermedad o de la salud, según su comprensión de su tarea
educativa. Puede suponer que su propósito es asegurar que
la persona que vive con DM cumpla solamente con las indicaciones
del médico o del médico especialista en DM. O, puede
preferir definir su tarea como el enseñar a la persona que vive
con DM a comprender bien las necesidades y respuestas de su
propio cuerpo para para que él o ella misma pueda tomar las
decisiones que promuevan su salud y bienestar y la prevención de
las complicaciones diabéticas.)
Dejar
a un lado la llamada 'medicina científica' y la seguridad que
propone para ir a un terapeuta es ya un paso importante.
También lo es perder el respeto y la obediencia ciega al
médico. El gran paso es decir no a la autoridad
exterior y decir sí a nuestra autoridad interior.
--Y
¿qué es lo que nos impide romper con la autoridad exterior?
El
miedo. Tenemos miedo a no acudir al médico. Pero es el
miedo, por sí mismo, quien nos puede enfermar y matar. Nos
morimos de miedo. Se nos olvida que la naturaleza humana es
divina, es decir, concebida para comportarnos como dioses. Y
¿desde cuándo los dioses tienen miedo? Cada vez que nos
comportamos de manera diferente a la de un dios nos ponemos
enfermos. Esa es la realidad.
--Y
¿qué cree que pueden hacer los medios de comunicación para
contribuir a la
elevación de la
conciencia en esta materia?
Informar
sin intentar convencer. Decir lo que sabes y dejar a la
gente hacer lo que quiera con la información. Porque
intentar convencerles sería imponer otra verdad y de nuevo
estaríamos en otra guerra. Se necesita sólo dar referencias
(es decir, información verídica y
educación honesta y comprensiva con respecto a la DM).
Basta
decir las cosas. Luego, la gente las escuchará si resuenan
en ellos. Y si su miedo es mayor que su amor por sí mismos
dirán: 'Eso es imposible.' ("¿Dejar
mi fruta y tortilla? ¡Jamás de los jamases!") En
cambio, si tienen abierto el corazón, escucharán y se cuestionarán
sus convicciones. Es entonces, en ese momento, cuando
quieran más, cuando se les puede dar más información.
Se prohibe la reproducción total o parcial
del diseño de esta página, sin la autorización
correspondiente. Este sitio y todas las páginas que
forman parte del mismo forman una guía educativa e
informativa, que no pretende sustituir el tratamiento o las
indicaciones del médico. Cualquier decisión de
autotratarse con un medicamento nuevo o de cambiar de
medicamento o de alterar la dosis de los medicamentos
actualmente empleados deberá consultarse con el médico.
Los sitios continents.com,
diabetes-safari.com,
dm1dm2.com
y ventajas.com,
no se hacen responsables del uso de la información que en
ellos aparece. © 2007 - 2022 Dr. Stan De Loach