La inyección de insulina es principalmente subcutánea.
Hay muchos sitios corporales que se pueden utilizar para la inyección subcutánea de las insulinas. "Subcutáneo" quiere decir que la insulina entra en la capa de grasa entre la piel y el músculo.
Idealmente, la inyección subcutánea debe entregar la insulina al tejido adiposo, es decir, en la grasa corporal que está presente debajo de la piel y arriba del músculo.
Una rotación de rutina entre sitios
evita la cicatrización del tejido.
Es recomendado variar el sitio de la inyección de insulina . Esta variación del sitio de inyección se refiere como rotar el sitio de inyección. La inyección en un solo sitio corporal produce la cicatrización del tejido subcutáneo, la cual impide la absorción de las insulinas.
Es importante alternar periódicamente la zona en donde se aplica la insulina. Al rotar la inyección entre las 14 zonas disponibles (marcadas en la imagen arriba) para aplicar la insulina, se evita la cicatrización del tejido subcutáneo. La inyección frecuente y repetida en un solo sitio del cuerpo produce cicatrización, que obstruye la absorción de las insulinas.
Varias maneras de variar el sitio de inyección existen y dependen de la preferencia individual. Por ejemplo, una semana se inyecta la insulina prandial en el brazo izquierdo, la siguiente semana, en el abdomen, la tercera semana en el brazo derecho, etcétera.
O, durante dos semanas o un mes, la insulina basal se inyecta en el muslo superior izquierdo, luego dos semanas o un mes en el muslo superior derecho, etcétera.
La insulina inyectada en las pompis tiende a presentar una absorción relativamente lenta (por la alta concentración de grasas en esta zona) y el comienzo de su acción hipoglucemiante puede tardar más que lo especificado. Los brazos y los muslos también se pueden utilizar para la inyección de insulina, como la gráfica indica.
Si una persona tiene la opción de que otra persona realice la inyección de sus insulinas, la parte superior de la espalda es ideal. Hay pocos nervios en esta parte del cuerpo y por lo tanto, poco dolor al inyectar, aun si la persona que inyecta no utilice el método indoloro de inyección.
Es esencial rotar el sitio utilizado para la inyección, tanto dentro de la zona utilizada como entre las diferentes zonas corporales. De lo contrario, hay gran riesgo de crear áreas cicatrizadas.
Aunque se puede inyectar la insulina en las zonas con cicatrices, la insulina no se absorbe de manera previsible en el tejido cicatrizado. Como resultado, la acción hipoglucemiante de la insulina no es previsible y su efecto sobre el nivel de glucosa en sangre (GS) es errático.
Diferencias en la absorción, por el tipo de insulina y por el sitio utilizado
Al
utilizar la insulina Regular y la NPH, los diferentes sitios varían
con respecto a la rapidez de absorción de la insulina. Al
utiliizar los análogos de insulina (aspart, glulisina, lispro,
detemir, glargina, degludec), no hay variación
significativa con respecto a su absorción e inicio de acción entre
los diferentes sitios.
La insulina Regular y la NPH normalmente se absorbe con mayor
rapidez cuando es inyectada en el abdomen. Es decir, estas
insulinas inyectadas en el abdomen empiezan a funcionar para bajar
los niveles de GS con mayor rapidez que cuando las mismas insulinas
se inyecten en otro sitio corporal.
La absorción de estas insulinas tiende a ser más veloz si el sitio en que se inyectan va a participar en actividad física moderada o intensa (el brazo, si uno va a jugar tenis, por ejemplo). Al prever tal actividad fisica, es útil aprender a reducir previamente la dosis de estas insulinas.
Evitar inyectar las insulinas más cerca de 4 centímetros del ombligo.
No se recomienda utilizar el área cerca del ombligo para inyectar las insulinas. Esa región se considera tejido cicatrizado desde el nacimiento. Además, la vascularización en la región conduce directamente a la vena porta y la entrada de insulina en esta vena sería prácticamente igual a una infusión endovenosa. La insulina endovenosa es capaz de causar rápidamente una fuerte hipoglucemia.
Por eso, no se debe inyectar la insulina cerca del ombligo, sino a una distancia mínima de aproximadamente 4 centímetros del mismo.
Inyección intramuscular para acelerar el efecto hipoglucemiante de la insulina
Hay 4 sitios idóneos para la inyección intramuscular: el músculo deltoide (en la parte superior de cada brazo donde éste se une al hombro, en forma de un triángulo invertido), y el músculo glúteo (encontrado arriba de las pompis y mostrado en los óvalos negros en la imagen arriba).
Toda insulina inyectada en el músculo (el deltoide del brazo, por ejemplo) empieza a funcionar más rápido y con mayor fuerza que la insulina inyectada en el tejido subcutáneo.
Para la hipoglucemia severa (menos de aproximadamente 50 mg/dL), el glucagon se puede inyectar tanto en la grasa subcutánea como en el músculo. Sin embargo, ya que el glucagon se inyecta únicamente en casos de urgencia hipoglucémica, es lógico que siempre se inyecte intramuscularmente para acelerar su efecto.
De igual manera, la inyección intramuscular de insulina rápida o ultrarrápida (Regular/cristalina o los análogos ultrarrápidos) acelera la acción de las mismas y se puede utilizar para iniciar una respuesta oportuna a la hiperglucemia severa.
Porque la insulina basal es intencionalmente de lenta liberación, no es lógico inyectar la insulina basal (detemir, glargina, degludec) en músculo. La inyección intramuscular de las insulinas basales acelera su liberación.
Mezclas indebidas de insulinas
Nunca se debe mezclar un análogo de insulina ultrarrápida (aspart/NovoRapid, glulisina/Shorant o lispro/Humalog) con un análogo de insulina basal (la insulina glargina/Lantus/Toujeo, detemir/Levemir o degludec/Tresiba) en la misma jeringa ni subcutáneamente por separado en la misma zona corporal.
La
acción de cada tipo de insulina es distinta y al mezclarlas en la
jeringa o en el tejido corporal se altera su dinámica de ambas en
una forma impredecible, así anulando la acción prevista de cada
insulina mezclada.
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